Señalan que Boric y su gobierno pretenden confundir a los chilenos al decir que “se empezaría de cero si gana la opción Rechazo”

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Personeros de la oposición criticaron fuertemente las declaraciones vertidas por  Gabriel Boris en torno a lo que vendría para el país si es que el 4 de septiembre se impone la opción Rechazo en el plebiscito de salida.

“(…) de ganar la alternativa Rechazo, lo que va a pasar es que vamos a tener que prolongar este proceso por un año y medio más, donde va a tener que discutirse todo de nuevo, a partir de cero”, fueron las palabras vertidas por el mandatario en el matinal de Chilevisión y que causaron polémica.

Según la oposición, lo que pretende Boris con estas palabras es crear confusión, incertidumbre y desesperanza entre los electores, con el fin de motivarlos a votar la opción Apruebo como la instancia que permitirá de una vez por todas terminar con este proceso constitucional que ha sido desgastador para el país y, de ese modo, evitar que los chilenos tengan que volver a vivir las mismas malas experiencias, sobre todo cuando recalcó que “tendríamos que partir desde cero”.

Por su parte, los dirigentes oficialistas salieron a repetir que el triunfo del Rechazo generaría incertidumbre. “Serían dos años de incertidumbre para establecer las definiciones que el país demanda”, dijo el ex convencional Marcos Barraza del partido comunista; es decir, a juicio de los opositores, “se nota una respuesta de manual para hablar el mismo idioma con el mismo objetivo”.

¿Son acaso las palabras de Boris el as bajo la manga para revertir los resultados de las encuestas? En el comité político del lunes Giorgio Jackson puso sobre la mesa la idea de que el presidente Boric saliera a defender que en caso de victoria del Rechazo el proceso constitucional debería “partir de cero”: elegir una nueva Convención, que partiría con “una hoja en blanco” y prorrogaría el proceso por otros 18 meses.

La apuesta consistía en que dado el hastío de la ciudadanía con el trabajo que ha desarrollado la Convención, reflejado en las encuestas, y lo que significaría en términos de incertidumbre política, económica y social prolongar el proceso por 18 meses, sería un incentivo para que la ciudadanía se inclinara por el Apruebo.

Sin embargo, hay que dejar en claro que el presidente no tiene las facultades para convocar a un nuevo plebiscito, ya que no estaba contemplado en la votación que dio paso al proceso constitucional qué hacer en caso de Rechazo. En lo que sí existe consenso es en proseguir el proceso, dado que la propia derecha declaró muerta la constitución de 1980 y se comprometió con reformas importantes si ganara esa opción el 4 de septiembre. Sin embargo, las huestes oficialistas ni siquiera han dicho una sola palabra en reconocimiento a esta nueva disposición política de la derecha ni a que, efectivamente, el país cuenta con un plan B.

La encuesta Criteria de junio deja claro que una amplia mayoría de la ciudadanía quiere que se defina un mecanismo para seguir el proceso (76%) en caso de ganar el Rechazo y que prefiere que ese mecanismo sea la designación de un comité de expertos (66%). Solo un 28% prefiere una nueva Convención Constitucional y un 7% que el Congreso la redacte.

“Una cosa es lo que haría yo personalmente, pero creo que esto tiene que ser una discusión más transversal. A mí me gustaría que tengamos un acuerdo amplio respecto a cosas que hay que modificar. Por ejemplo, el tema de sistemas de justicias, versus Poder Judicial”. señaló. “No quiero hacer una lista de supermercado, quiero que quede absolutamente claro que los fondos de pensiones son inexpropiables. Desde mi perspectiva esta claro, pero he visto interpretaciones maliciosas”, opinó.

Poco después, Jackson salió a reforzar el mensaje: “en caso de que salga la opción del Apruebo, el gobierno va a trabajar para implementar la nueva Constitución y mejorar aquellas cosas que haya que mejorar dentro de la propuesta que se puso sobre la mesa. Pero, por otro lado, “en el caso del Rechazo se inicia un proceso que incluiría elecciones, nuevo texto sobre página en blanco, que obviamente tiene que ser refrendado por la ciudadanía posteriormente”.

Apoyo oficialista. Dirigentes emblemáticos del partido comunista, como los ex convencionales Marcos Barraza y Bárbara Sepúlveda, además de la diputada Karol Cariola, salieron a apoyar la fórmula del gobierno, a pesar que no hace muchas semanas atrás afirmaban con todo desparpajo que no había segundas alternativas.

“El presidente como jefe de gobierno tiene que ponerse en más de un escenario y en ese sentido sus palabras, se interpretan, dando la garantía, de que en el hipotético caso de que se impusiera el Rechazo, que no lo vemos así, tendría que realizarse un nuevo proceso constituyente con las mismas características democráticas en términos de representación y participación y, además, implicaría prolongar la indefinición por dos años más. Esto porque se mantendría la constitución de Pinochet, que nadie quiere, y serían dos años de incertidumbre para establecer las definiciones que el país demanda”, dijo Barraza”.

Hubo, sin embargo, voces disidentes, como la del senador Fidel Espinoza que valoró que Boric haya sincerado la ventaja que le dan las encuestas al Rechazo, pero cuestionó su fórmula en caso de que gane esa opción.

“Me parece (los dichos de Boric) un acto de realismo asumir de que la Convención no estuvo a la altura, pero suponer que una nueva Convención va a estar a la altura, demuestra que le falta mucho diálogo político y conversación para entender lo que ha ocurrido en este último año”, dijo a Emol el presidente de la UDI, Javier Macaya.

“Hay que ver cómo el presidente Boric juega un rol para liderar este proceso, pero no pautearlo, yo creo que pautearlo sería un error, porque hay conversaciones políticas que se tienen que dar, donde el Presidente es un actor, pero lo que él diga tiene que ser conversado después del 4 de septiembre. Valoro que esté asumiendo que el resultado del Plebiscito va a ser que el proceso continúe después del 4 de septiembre”, señaló.

Al decir de observadores del proceso, “la estrategia de Boris es quizás (la única, pero débil) que el rechazo se confíe y pierda la elección, pues ya asume que ya ganó”. Así de confusas y desesperadas están, al parecer, las aguas al interior de la coalición de gobernante.