Nutrición en escolares y políticas alimentarias
La nutrición en la etapa escolar es un factor clave para el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños y niñas. Una alimentación adecuada en estos años no solo favorece el crecimiento saludable, sino que también mejora el rendimiento académico, fortalece el sistema inmunológico y previene enfermedades crónicas a largo plazo. Sin embargo, en muchos países, los índices de malnutrición infantil —tanto por déficit como por exceso— siguen siendo alarmantes.
En este contexto, las políticas alimentarias escolares cumplen un rol fundamental. Estas incluyen programas como las colaciones escolares, los comedores comunitarios, la regulación de la venta de alimentos en escuelas y la educación nutricional en el currículo. Su objetivo principal es garantizar el acceso a alimentos sanos, equilibrados y culturalmente apropiados para todos los estudiantes, especialmente aquellos que provienen de contextos socioeconómicos vulnerables.
No obstante, estos programas enfrentan múltiples desafíos: la influencia de la industria de alimentos ultraprocesados, la falta de presupuesto y fiscalización, y la escasa participación de las comunidades escolares en su diseño e implementación. Además, la alimentación no puede abordarse de forma aislada; debe articularse con otras políticas sociales que promuevan estilos de vida saludables y equidad en el acceso a recursos básicos.
Promover una nutrición escolar de calidad requiere un compromiso multisectorial y sostenido, que priorice el bienestar de la infancia y reconozca el derecho a una alimentación saludable como parte esencial del derecho a la educación y la salud.