Como una realidad preocupante, han visto las autoridades y sobre todo los ciudadanos los 5 asesinatos violentos que ha sufrido la Región en apenas 10 días, lo cual entrega el escalofriante resultado de 1 homicidios cada 48 horas.
Esto se debe principalmente al descontrol que impera, con entrada de migrantes irregulares sin documentación y sin control, las protestas en la calle por temas tan variados como vivienda, servicios básicos, bonos, etc. Las malas señales que entregan las «autoridades regionales electas», el servicio jesuita migrante, grupos pro migrantes, etc. que impiden las deportaciones de ciudadanos extranjeros que han cometido un delito, entre tantos otros factores.
Existe un aumento en el fenómeno de la criminalidad violenta, importada de otros países, que trae aparejada la extorsión, el secuestro, el sicariato y el tráfico de personas y esto es un hecho real basada en números y estadísticas, no una percepción. Pero este fenómeno no es reciente ni mucho menos, ya desde el 2010 se vislumbraba que las tomas masivas de terrenos podrían traer estas consecuencias.
Y lamentablemente el clima político en la región no ayuda en nada, donde autoridades electas critican todo actuar del gobierno pero a su vez ponen trabas y problemas para dar soluciones, amparando a delincuentes en supuestos «derechos» como el «derecho a migrar».
Mientras no opere el principio de la realidad, esto quiere decir, que para que se mitigue la delincuencia los antisociales deben estar tras las rejas y no en la calle como niños inocentes que se merecen todo, las cosas no van a cambiar en la región y menos si las nuevas autoridades no toman cartas en el asunto y dejan de lado la romantización de la violencia.
