Como una epidemia de violencia letal podemos definir el triste balance de 51 homicidios con el que cerró el año 2021 en la Región de Tarapacá, según datos aportados por la fiscalía regional. Entre los principales factores que inciden en estas lamentables cifras está la inmigración descontrolada, el narcotráfico, el levantamiento de las restricciones y el fin del toque de queda.
Si comparamos solo el año 2020, se registraron 18 casos, lo cual nos entrega una tasa casi de 5.5 personas asesinadas por cada 100 mil habitantes, lo cual ya era superior al promedio nacional de casi 4 homicidios intencionales por cada cien mil habitantes, según datos del año 2019. O sea ya en 2020 sobrepasábamos la tasa nacional y eso que nos encontrábamos en la cuarentena mas larga de todo el país.
Sin embargo, durante el 2021 casi se triplicó la tasa de asesinatos, alcanzando una tasa de casi 16 personas asesinadas de manera violenta cada 100 mil habitantes. Lo anterior es grave, muy grave y estas cifras nos ponen por sobre países pobres como Haití (13), o en guerra como Irak (9,9), Afganistán (7,1) o culturalmente violentos como Guatemala (15,3) y casi alcanzando a países como Colombia (16,9), el Salvador (19,7).
Lamentablemente las autoridades no le han tomado la importancia que merece esta situación que afecta a todos los ciudadanos de la región, con una policía sobrepasada y con distintas fuerzas políticas interesadas en generar mas conflicto y caos en el ámbito social y de seguridad.
Es de esperarse que la situación en la que nos encontramos siga igual o peor y ya el 2022 empezó mal con las personas asesinadas la noche del año nuevo.
